Desde la antigüedad se sabe de la importancia de practicar deporte para la mejora de nuestra salud física. A día de hoy la neurociencia nos demuestra que con el ejercicio también favorecemos la salud mental.

La práctica de deporte es un pilar esencial en el mantenimiento y mejora de nuestra salud, y esto se refleja en un mejor aspecto en general, en juventud visible. Pero esto es solo la punta del iceberg, la parte exterior. La juventud invisible es el mayor beneficio que podemos obtener de una vida físicamente activa, mantener nuestro cerebro joven.

Con los años, el cerebro va perdiendo plasticidad y va reduciendo su tamaño. Donde más se percibe esta disminución suele ser en mantener la atención, en el proceso de aprendizaje y en la memoria a corto plazo. Hasta la década de los 90 se creía que con el paso de los años las neuronas iban muriendo y que nuestra capacidad de aprendizaje mermaba. La ciencia nos demuestra, por suerte, que esta idea es falsa. Nuestro cerebro, estimulado por el ejercicio y el deporte, tiene la capacidad de generar neuronas y de establecer conexiones sinápticas entre ellas, a cualquier edad.

¿Más razones para movernos?

  • A día de hoy sabemos que cuando practicamos ejercicio estamos estimulando nuestra mente para que genere conexiones y neuronas nuevas, incluso en edades avanzadas.
  • Según estudios con personas que practican de 3 a 5 horas de ejercicio semanal en un plazo inferior a un año pueden mejorar su memoria y razonamiento hasta un 20%.
  • La práctica de deporte constante ralentiza el proceso de envejecimiento cerebral, ayudando a prevenir enfermedades como depresiones, Alzheimer y Parkinson.

Como puedes ver, el ejercicio también nos suma en nuestra capacidad intelectual y en un óptimo modo de envejecer.

 

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