La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que el sedentarismo es ya es el cuarto factor de riesgo de las enfermedades no transmisibles y está relacionado con el 6% de las muertes mundiales.

Según un informe de esta misma organización, más de la mitad de los adultos de los países desarrollados realiza una actividad física insuficiente. El sedentarismo resulta muy peligroso  e influye tanto en el estado de salud como la mala alimentación, el tabaquismo o el consumo de alcohol.

La falta de ejercicio hace que quememos menos calorías que las que ingerimos diariamente, por lo que fomenta la obesidad, sobre todo entre los niños.

La obesidad provoca que  los niveles de colesterol en sangre aumenten y acaben depositándose en las paredes de arterias y venas, estrechando el paso por éstas y haciendo que el corazón deba realizar un mayor esfuerzo, aumentando la tensión arterial y el consiguiente riesgo de sufrir problemas cardíacos (fatiga, insuficiencia cardíaca, etc.) y cardiovasculares (angina de pecho, infarto, etc.).

Nuestra capacidad respiratoria también se puede ver gravemente mermada.

Y muy importante, hay que predicar con el ejemplo, ya que de padres activos, salen hijos activos. Según afirma Francisco García Muro, coordinador de la sección de fisioterapia en la actividad física y deporte en el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, “el ser humano es activo por naturaleza, el problema es que la sociedad actual está alterando ese patrón y haciendo a los niños más sedentarios”. García Muro  insiste en la necesidad de no plantar a los niños delante de la tele o dejarles el móvil: “Hay que educar a los niños en la actividad física para que no terminen convirtiéndose en adultos sedentarios”.

En Orión disponemos de programas para niños y adultos que harán de la práctica habitual de ejercicio el mejor camino para disfrutar de una mayor calidad de vida. ¡¡Consúltanos!!

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